
Cada vez es más común que, a la hora de relacionarnos con empresas para hacer negocios y/o consumir los productos y servicios que ofrecen, consideremos como factor determinante si cuentan con prácticas corporativas en materia de integridad, pero ¿sabemos cómo reconocerlas e identificar los beneficios?
El modelo en el que las compañías ofrecen, como única carta de presentación para realizar cualquier transacción o negocio, operar con apego a obligaciones estrictamente legales o regulatorias ha quedado en el pasado. Competir bajo estas condiciones es casi inaceptable en el mercado global actual, donde las exigencias son cada vez mayores para migrar a un entorno de transparencia y responsabilidad empresarial efectiva, a través del parámetro de la integridad.
Se consideran como íntegras a las compañías que no solo definen los valores y principios que los representan, sino que los viven de manera coherente a través de su operación cotidiana y relación con agentes externos y partes interesadas. Actualmente existen diversos mecanismos vinculados al cumplimiento de este principio a los que las empresas pueden acceder, tales como obtener el reconocimiento de Empresa Socialmente Responsable, llevar a cabo la implementación de Sistemas de Gestión de Compliance en diversas materias, certificarse como empresas incluyentes, suscribir el Pacto Global de Naciones Unidas o formar parte del reciente Padrón de Integridad Empresarial impulsado por la Secretaría de la Función Pública.
Para explicarlo mejor, a continuación, se presentan cuatro de las principales manifestaciones presentes en una empresa que actúa con integridad.
- Definir estándares éticos.
Aunque hablar de integridad corporativa es hablar de mucho más que principios éticos plasmados en un Código de Conducta, éstos también son relevantes porque representan la dirección en el rumbo de una compañía y orientan su desempeño. Los valores éticos deberán ser definidos en el marco de la operación cotidiana de cada empresa; ser socializados entre todos los niveles de empleados, colaboradores y partes relacionadas; vincularse con políticas, procedimientos y lineamientos claros sobre la identificación de conductas inapropiadas; así como robustecerse con controles y medidas reales para prevenir, detectar y responder ante cualquier incumplimiento o conducta inapropiada.
- Impulsar la sostenibilidad corporativa.
Esta manifestación parte de reconocer a las empresas como algo más que una unidad económica productora de bienes y servicios, para adoptar el papel de ciudadanos corporativos que responden a las necesidades de la sociedad de la cual son parte, alineando sus estrategias operativas a principios globales enfocados a abordar los retos y contribuir a las soluciones que plantea la globalización.
Para lograrlo, las empresas deben apoyar, respetar y vigilar la protección de derechos humanos; apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso y erradicación del trabajo infantil; apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo; mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente; fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental; favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medioambiente; trabajar contra la corrupción en todas sus formas; y, cumplir los objetivos globales para el desarrollo sostenible.
- Implementar sistemas de compliance y mecanismos de debida diligencia.
Las compañías deben de contar con sistemas de gestión dirigidos a identificar y controlar las obligaciones de cumplimiento relacionadas con la normatividad a la que se encuentran sujetas, así como con los estándares de mejores prácticas del sector en el que operan. Lo anterior, a través de un enfoque basado en riesgo que permita detectar, analizar, valorar y priorizar los escenarios de riesgo a los que se encuentran expuestas durante su operación interna y relación con terceros, para establecer controles y mitigantes que los prevengan, detecten y corrijan.
Los principales campos en que actualmente se regulan estos sistemas de compliance para las compañías mexicanas son: anticorrupción, prevención del delito, lavado de dinero, protección de datos personales, ambiental, derechos humanos y diversidad e inclusión.
- Fomentar la transparencia.
Uno de los principales beneficios de la transparencia empresarial es que genera confianza para todos los actores involucrados en el desarrollo y desempeño de una compañía, incluyendo desde los empleados, clientes, inversionistas, partes interesadas o sociedad en general, apoyándolos en la toma de decisiones relacionadas con el negocio. Se trata de comunicar públicamente la gestión y resultados de las actividades comerciales y financieras de una compañía, así como de aquellos aspectos que crean valor para la sociedad en que se desempeña. Una empresa transparente no solo es una empresa con índices más altos de confiabilidad, sino que la vuelve más competitiva, estable y atractiva en el mercado.
Después de analizar estas manifestaciones puede concluirse que, sea cual sea el tamaño, sector o contexto de las empresas, todas pueden incorporar a su modelo de negocio prácticas corporativas de integridad que reduzcan sustancialmente el número e impacto de prácticas indebidas que le puedan restar valor en términos económicos, sociales y de reputación. Además de agregarles valor en el mercado, garantizando a los clientes o inversionistas que su operación no es una bomba de tiempo en espera de explotar.

Sobre la autora:
Claudia Aguilar Rangel. Especialista en defensa penal de empresas, Compliance Penal y Anticorrupción. Asociada en la Firma Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes.
Es abogada por la Universidad de Guanajuato, Maestra en Anticorrupción por la Universidad Panamericana y Maestra en Derecho con Especialización en Litigación Oral por California Western School of Law.