
Todos quisiéramos tener más tiempo para nosotros, pero en un mundo tan competitivo y con días que parecen que duran menos de 24 horas, casi nunca nos queda espacio para nosotros. Ya sea la oficina, clientes, casa, la pareja o los hijos, siempre hay un distractor. En algunas ocasiones, la vida nos obliga a tomar una pausa y entonces comenzamos a reflexionar sobre todo aquello que hemos dejado de hacer. A mí me llegó esa pausa.
Recuerdo el Taller de Abogadas MX en 2018. Una de las ponentes planteó la pregunta sobre a qué le teníamos miedo. En ese momento recuerdo que pensé que mi mayor miedo era que mi hijo no tuviera mamá y morirme joven. Unos meses más tarde, escuché la palabra que todas las personas nos resistimos a escuchar, tienes cáncer. Todavía recuerdo mi llanto en el hospital y ese palabra tan poderosa y temible. Al escuchar la palabra pensé que la muerte me tocaba a la puerta. Cuando alguien menciona dicha palabra, el primer pensamiento que tenemos es la muerte. Decidí no vencerme y cambiar radicalmente mi vida, tanto en el trabajo, en mis emociones, mi familia, mi alimentación y porque no… en cómo consentirme.
Hoy, casi 3 años después de ese parteaguas, estoy libre de cáncer. Creo firmemente que ese tipo de eventos nos hacen más fuertes… nos cambian. He aprendido y, a su vez, de alguna manera agradezco ese momento que me sacudió. No es agradable pasar por quimios, náuseas, tristeza, insomnio e incertidumbre. En ese tipo de procesos te preguntas, replanteas y renaces.
No tienes que atravesar ese tipo de enfermedades o acontecimientos trágicos para apreciar y vivir la vida intensamente y buscar el balance entre el trabajo y la vida personal. En ocasiones estamos tan inmersos en nuestro trabajo que dejamos de buscar lo que nos apasiona fuera del ámbito laboral. Aquel curso que siempre hemos querido tomar y por falta de tiempo no hemos podido. Aquel viaje que hemos querido planear pero que una fusión o el cierre de una adquisición hemos tenido que cancelar o posponer.
Creo que la mayoría de los lectores no me dejará mentir, pero con la pandemia no hay días ni horas hábiles. El COVID nos ha robado un poco de nuestro espacio personal y familiar, pero también una de las ventajas es que nuestro trabajo ha sido flexible. La manera de trabajar ha cambiado y eso nos abre el camino precisamente para tener el equilibro entre el trabajo y nuestra vida personal. No por algo un estudio de la Universidad de Harvard menciona que el 81% de los entrevistados prefiere trabajar desde casa, ya sea en un sistema híbrido o totalmente remoto. Aprovechemos esos espacios para tomar un curso, leer un libro, hablar con un amigo, hacer algo diferente al día anterior. Bien decía Albert Einstein: «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo».
Empecemos en separar diariamente 30 minutos para nosotros y dediquemos ese espacio en lo que nos gusta. Ya sea meditando, practicando algún ejercicio, leyendo una revista o periódico con un buen vino, buscando una receta nueva, escuchando tu música favorita, hablar con una amiga. Posteriormente, busquemos retos a largo plazo, por ejemplo, probar un nuevo deporte o un idioma, preparar tu platillo favorito o el famoso pastel imposible, visitar un museo, plantar un árbol, buscar a aquella amistad de la infancia que hace mucho no vemos y, porque no, escaparte a un spa o a un viaje con tus amigas. El trabajo no terminará, será permanente. Como dice la frase: “No vivas para trabajar, trabaja para viajar y viaja para vivir”. La vida ni el tiempo te esperarán ni se detendrán.
¡Regálate tiempo para ti!
Referencias:
https://online.hbs.edu/blog/post/future-of-work-from-home

Sobre la autora:
Karina Robledo, counsel en Santamarina y Steta S.C., tiene más de 20 años de experiencia asesorando a clientes en temas fiscales. Es Licenciada en Derecho con Maestría en Impuestos Internacionales. Además de su práctica profesional, Karina es una mamá consentidora, amante del yoga y fundadora de Kanceopolis, una comunidad que tiene como objetivo apoyar a familias y pacientes con cáncer.