
“Tenemos que dejar de glorificar el exceso de trabajo. Por favor. La ausencia de sueño, de una buena dieta, de ejercicio, de relajación y de tiempo con los amigos y la familia no es algo que deba aplaudirse. Demasiada gente lleva el agotamiento como una insignia de honor y eso tiene que cambiar.”
Katy Leeson | Directora General The Social Chain
El término burnout (o desgaste profesional por agotamiento) fue definido por primera vez en los años 70, por el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberger, quien lo describió como una condición de estrés severo que conduce a un grave agotamiento, físico, mental y emocional. Hoy en día, gracias a las investigaciones de la Dra. Christina Maslach, Profesora de Psicología e Investigadora de la Universidad de Berkeley en California, sabemos que el burnout es un síndrome de tres componentes que surge como respuesta a los estresores crónicos en el trabajo. Esos componentes son:
- El agotamiento: Síntoma central del burnout y que comprende una profunda fatiga física, cognitiva y emocional que socava la capacidad de las personas para trabajar eficazmente y sentirse positivas con lo que hacen. Este agotamiento puede verse reflejado en una incapacidad de concentración.
- El cinismo: También llamado despersonalización y que representa un deterioro del compromiso. Es decir, es esencialmente una forma de distanciarse psicológicamente del trabajo, en donde, en lugar de sentirse involucrado con las tareas, proyectos, clientes y otros colaboradores, las personas se sienten distantes, negativas, incluso insensibles.
- La ineficacia: Se refiere a los sentimientos de incompetencia y a la falta de logros y productividad. Quienes padecen este síntoma de agotamiento sienten que sus habilidades disminuyen y se preocupan por no ser capaces de tener éxito en determinadas situaciones o realizar ciertas tareas.
Hasta hace poco tiempo, el agotamiento era en cierta medida un tema que mucha gente experimentaba, pero muy pocos reconocían. Prueba de lo anterior, es que no fue hasta el 2019, que la Organización Mundial de la Salud (“OMS”) catalogó al agotamiento o burnout como un fenómeno laboral, incluyéndolo en la ratificación de la 11a Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), la cual entra en vigor el 1 de enero de 2022.
Ahora bien, ¿cómo saber si estamos experimentando este síndrome? Pues bien, la lista de síntomas es larga. Sin embargo, algunos de ellos se relacionan a menudo con agotamiento, baja autoestima, dificultad de concentración, aumento de agresividad en el puesto de trabajo, agitación, taquicardia, dolores de cabeza, entre otros. Estos síntomas, a la larga pueden causar peligrosas consecuencias a la salud de las personas, ya que, de acuerdo con diversos estudios, el estar en un estado prologando de excesivo estrés puede llegar a causar insomnio, depresión, ansiedad, deterioro cardiovascular, obesidad, diabetes, infartos cerebrales e incluso suicidios.
Un paso importante que nos puede ayudar a combatir el burnout, es sin duda reconocer qué lo causa. En ese sentido, la Dra. Christina Maslach, ha identificado seis áreas en las cuales se podrían estar experimentando ciertos desequilibrios que llevan al burnout:
- Carga de trabajo. Es decir, el desequilibrio que existe al tener demasiadas exigencias y pocos recursos para conseguirlos. El no tener tiempo para descansar y reponerse. El no encontrar tiempo para el desarrollo y crecimiento profesional y personal.
- Control. El sentir que se carece de autonomía, de acceso a recursos y de voz en las decisiones que afecten la vida profesional. El sentir una sensación de pérdida de control.
- Recompensa. El sentir que el reconocimiento extrínseco e intrínseco del trabajo no corresponde con la cantidad de esfuerzo y tiempo invertidos en el trabajo realizado.
- Comunidad. Las relaciones que se tienen en el trabajo, con otros compañeros, con los jefes o con los clientes. Es decir, ¿qué tan bien funcionan esas relaciones? ¿hay confianza? ¿existen formas de resolver los desacuerdos para lograr avanzar y trabajar en equipo?
- Equidad. Un punto que realmente se ha vuelto relevante. Esto es, independientemente de las políticas que existen en las compañías, ¿se administran de manera justa las oportunidades? ¿hay techos de cristal o discriminación u otras cuestiones que impiden que la gente avance?
- Valores. Se refiere al significado. ¿Para qué hacemos lo que hacemos? y es una de las áreas más importantes. En el caso del burnout, no se trata sólo de estar agotado, trabajar demasiado y estar cansado. A menudo se trata de que el espíritu, la pasión y el significado, son golpeados, en lugar de permitirles prosperar y crecer.
El poder identificar los desequilibrios en cada una de estas estas áreas y hacer los ajustes necesarios puede ayudar, sin embargo, no será suficiente si queremos combatir el burnout.
Es importante entender, que vivimos en una sociedad que prioriza el trabajo, la productividad y el rendimiento, sobre la tranquilidad, es descanso y la gozo. Que vivimos en una sociedad en donde el agotamiento se ha convertido en un símbolo de orgullo. No obstante, debe quedar claro que esa sensación de ser personas más valiosas, productivas y dignas de una sociedad cuando se está completamente drenado, es perjudicial.
Por ello, es importante reconocer, que, aunque la sociedad, los colegas, nuestro lugar de trabajo o nuestros socios, glorifiquen y aplaudan nuestro agotamiento, el vivir “quemado” no es algo de lo que se debe estar orgulloso. Esto debe cambiar. En ese sentido, el poder lograr cuestionárnoslo y no normalizarlo, es ya un paso.

Sobre la autora:
Martha Mayorga-Luna, es Asociada Senior de la Firma Baker & McKenzie en la oficina de Guadalajara. Se especializa en la práctica Laboral y Compensaciones, específicamente en consultoría y litigios colectivos. Ha tenido experiencia internacional participando en un programa de intercambio con la oficina de San Francisco. Es licenciada en Derecho por el ITESO y cuenta con más de 10 años de experiencia.
Martha lidera el grupo de afinidad Baker Women en la oficina de Guadalajara y ha participado activamente en las iniciativas de Diversidad e Inclusión y Pro Bono de la Firma.
*Este artículo es publicado bajo la responsabilidad exclusiva de su autor(a) y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.