
De acuerdo con Amy Nelson (abogada, activista política y empresaria), la cantidad de horas invertidas en la lactancia durante el primer año son casi equivalentes a las invertidas en un año de trabajo de tiempo completo.
Horas en lactancia 1.800
Horas trabajadas 1.960
En mayo del presente año cumplí un año de dar lactancia materna, la cual debido a mi trabajo de tiempo completo fue 90% diferida. El término “diferida” se refiere a que la leche materna debe extraerse de la mamá para posteriormente poder otorgarla al bebé mediante de vaso, cuchara, biberón o cualquier otro método.
Sé que no es el caso de muchas mamás trabajadoras, pues actualmente muchas se enfrentan a diversas barreras que disminuyen la posibilidad de llevar a cabo lactancia exitosa y creo fielmente que la maternidad y el trabajo son compatibles siempre y cuando dentro de tu empresa se generen las condiciones para proteger tu maternidad.
Para una lactancia diferida exitosa no se requiere únicamente que la mamá lo desee, pues existen otros factores que influyen de manera directa o indirecta en este proceso y/o decisión y creo que es necesario que los conozcan, pues en México nos falta muchísima información al respecto. En particular, como podrán haber anticipado, me enfocaré en las empresas o lugares de trabajo.
Muchas empresas se preguntarán qué beneficio tiene apoyar a las madres en este proceso. Por mencionar algunos: según UNICEF, no hay ninguna otra intervención en la salud que tenga un beneficio tan grande para las madres y sus bebés y que cueste tan poco a los Gobiernos como la lactancia materna, además amamantar desde el nacimiento reduce la mortalidad del recién nacido un 45%, añadiendo que, estudios también han demostrado que aquellos bebés que son alimentados mediante leche materna se enferman menos, lo que conlleva a menos ausentismos por parte de la madre, asimismo, lactar hace que las mujeres produzcamos oxitocina y otras hormonas que previenen la depresión postparto, lo cual hacen que la madre desempeñe mejor sus labores. También, es más probable que las mujeres que se sientan apoyadas en su entorno laboral decidan regresar después de su periodo de incapacidad.
Claramente los anteriores son solo algunos de los beneficios; sin que podamos dejar de lado el que la misma Ley Federal del Trabajo contempla el apoyo por un periodo determinado para las mujeres precisamente para la lactancia. Si bien, desde mi perspectiva considero que el periodo otorgado es corto, es un periodo que todo patrón debe respetar, sin dejar de lado que toda empresa tiene la facultad para ampliar dicho periodo y apoyar a las mamás trabajadoras en este proceso. Asimismo, si de ampliar se trata, dentro de tantas reformas que se han hecho a nuestra Ley Federal del Trabajo, deberían considerar ampliar el periodo de incapacidad, pues también afecta que el otorgado por nuestra legislación sea corto, por que en los casos que las empresas no tienen beneficios adicionales, las madres trabajadoras regresan de su incapacidad con pequeñitos de apenas 2 meses de vida, limitando un buen establecimiento de la lactancia materna.
Ahora bien, hablando desde mi experiencia, puedo decir que esta vez me tocó una lactancia distinta que con mi primera hija, me tocó viajar y visitar clientes durante este proceso y me di cuenta cuanta falta nos hace como país conocer más acerca del tema y ser un soporte para todas aquellas mamás trabajadoras.
En mis viajes, me tocó tener que solicitar y defender con la gente del aeropuerto por trasladar/pasar la leche que me extraía durante el viaje sin tener que documentarla. Es claro que no quisiera que se fuera abajo con las maletas en temperaturas que desconozco si se ajustan a la temperatura necesaria para conservar la leche materna durante el trayecto. Es impresionante como la política de muchos aeropuertos es únicamente permitirte trasladar leche materna cuando traes contigo al infante pero no sin él. ¿Qué pasa cuando mamá trabaja y es obvio que no puede llevar a su hij@ al viaje y tiene la necesidad de extraer el alimento que le da a sus hijos? Es ilógico y absurdo que te pidan documentar o en su caso tirar ese alimento, porque para empezar no es nada sencillo extraerlo, requiere de tiempo y de sacrificio de cada mamá.
Hoy escribo desde mi experiencia y reiterando que sé que los retos que enfrentan las mamás trabajadoras mexicanas son muy distintos; inclusive desde el hecho de yo tener la fortuna de haber tenido la capacidad para adquirir un extractor eléctrico que cuenta con las características que necesito, pero sé también que no es el caso de muchas mujeres. En otros países el gobierno proporciona apoyos para que las mamás trabajadoras puedan adquirir un extractor, lo cual se me hace increíble que sea el mismo gobierno que apoye a las mamás trabajadoras.
Finalmente, y la intención de expresar mi experiencia en el proceso de la lactancia, es concientizar y abrir los ojos a todas aquellas personas que tienen la capacidad y el poder de generar algún cambio en su empresa para que la lactancia materna sea apoyada. Por mi parte, sé que elegí el despacho correcto pues en todo momento Santamarina y Steta buscó la forma de apoyarme en este proceso.

Sobre la autora:
Denisse Ávila es asociada en Santamarina y Steta. Con más de 9 años de experiencia profesional, Denisse se ha especializado en brindar asesoría legal en materia laboral, de seguridad social y migratoria al sector empresarial.
En lo personal, desde el nacimiento de sus hijos ha buscado empoderar y apoyar a las mamás encontrando un balance profesional y personal.