Encontrar el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida diaria es un gran desafío. La capacidad de combinar con éxito el trabajo, las responsabilidades familiares y la vida personal es esencial para el bienestar de las personas.
Un aspecto importante del equilibro laboral y personal es el número de horas que una persona trabaja. La evidencia sugiere que un horario de trabajo largo puede resultar perjudicial para la salud, poner en peligro la seguridad y aumentar el estrés. Sin embargo, según los datos reportados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México el 27% de los empleados tienen un trabajo remunerado con horarios muy largos (50 horas o más a la semana). Es la tasa más alta de la OCDE. A nivel internacional el promedio de personas que trabaja más de cincuenta horas a la semana es del 10%.
Es lógico que cuanto más trabajan las personas, menos tiempo tienen para dedicarlo a otras actividades. México es uno de los países de la OCDE cuyos empleados de tiempo completo le dedican menos horas de su día al cuidado personal (comer, dormir, etc.) y al ocio(vida social con familia y amigos, pasatiempos, deportes, etc.), dedicándole aproximadamente 13.5 horas de su día a dichas activades, a diferencia de países como Italia, cuyos trabajadores de tiempo completo dedican aproximadamente 16.5 horas al día.
Estos datos aportados por la OCDE invitan a reflexionar sobre la normalidad con la que asumimos el vivir con cansancio crónico (fatiga severa, problemas para conciliar el sueño, malestar o fatiga post esfuerzo físico o mental, problemas para concentrarse, entre otros) y, sobre todo, con la que dejamos a segundo término nuestra vida y realización personal.
En este contexto, me parece preciso recordar las aportaciones del reconocido filósofo Byun-Chul Han, quien en su libro “La sociedad del cansancio” plantea que la sociedad occidental está sufriendo un cambio de paradigma que está generando individuos profundamente cansados, frustrados y depresivos, paradójicamente bajo una supuesta sensación de libertad.
Según los planteamientos de Han, el cambio de paradigma obedece al hecho de que, al inconsciente social moderno le es inherente el afán de maximizar la producción al infinito. En la época moderna, los individuos resultan ser más rápidos y productivos pues son parte de una sociedad que cree que “nada es imposible” y que el ser humano “todo lo puede”, dejando de lado el desarrollo de otros ámbitos de su vida.
Para Han, el exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en autoexplotación acompañada de un sentimiento de libertad, en donde la víctima y el verdugo convergen en un mismo individuo. Esa dualidad crea una libertad paradójica que, a causa de las estructuras de la obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia pura que genera estrés, trastornos y enfermedades neurológicas como expresiones de esa supuesta libertad y autoexigencia.
El mundo legal es sumamente dinámico y desafiante. Nosotros, como profesionales del derecho, abrazamos la idea de que nuestra profesión requiere un compromiso elevado y dedicación constante. Los que tenemos la fortuna, trabajamos en entornos que promueven el equilibrio entre la vida personal y profesional, donde se nos anima a buscar armonía entre ambos aspectos. Aunque al mismo tiempo, la industria tiende a enfocarse en metas de facturación anual, las cuales pueden interferir con el balance que algunos buscamos.
Alcanzar un equilibrio entre la vida y el trabajo representa un desafío que nos impulsa a crecer de manera profesional. A medida que avanzamos en nuestras carreras, nos enfrentamos a la oportunidad de integrar nuestra vida profesional con nuestras aspiraciones personales, ya sea como madres, esposas o desempeñando el rol que a cada una nos satisfaga. En mi situación actual, me encuentro en un momento crucial donde tengo la oportunidad de tomar decisiones significativas que moldearán mi futuro. Aunque pueda parecer abrumador, veo este momento como una oportunidad para priorizar lo que realmente importa y construir una vida plena y satisfactoria.
Finalmente, creo firmemente que hay esperanza y oportunidades para mejorar la situación que enfrentamos muchas abogadas. Reconocer esta realidad es el primer paso hacia el cambio positivo. Una sugerencia que tomar en cuenta por las firmas legales en la evaluación del desempeño, es buscar esquemas enfocados en los resultados y el impacto generado por cada individuo. Con un enfoque así, el mercado podría evolucionar hacia un ambiente laboral que promueva la flexibilidad y el equilibrio entre la vida y el trabajo, ofreciendo a todas las abogadas la posibilidad de alcanzar su máximo potencial tanto profesional como personalmente. En última instancia, al adoptar estas medidas, podemos construir un futuro donde el balance vida-trabajo sea una realidad alcanzable para todas nosotras.
Referencias:
Tu Índice para una Vida Mejor es una herramienta interactiva creada por la OCDE para mostrar y comparar algunos de los factores clave —como educación, vivienda, medio ambiente y otros— que contribuyen al bienestar en los países de la OCDE. Son once temas los que la OCDE identificó como esenciales para el bienestar en términos de las condiciones materiales de vida (empleo, ingresos, vivienda) y la calidad de vida (comunidad, educación, equilibrio laboral-personal, medio ambiente, participación ciudadana, salud, satisfacción ante la vida y seguridad). Disponible en: https://www.oecdbetterlifeindex.org/es/
Acerca de la autora:
Natalia Mejía es miembro de la práctica de Competencia Económica y Fusiones y Adquisiciones de Greenberg Traurig México. Cuenta con experiencia asesorando a clientes de diversas industrias en una amplia gama de asuntos relacionados con la Ley Federal de Competencia Económica, incluyendo la autorización de concentraciones, procedimientos de investigación, sanciones de supuestas conductas anticompetitivas y litigio antimonopolio ante la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Asimismo, cursó sus estudios en la Escuela Libre de Derecho en la Ciudad de México.
Acerca de los autores:
Miguel Flores Bernés es socio en Greenberg Traurig y enfoca su práctica en materia de competencia económica, asesorando a clientes nacionales e internacionales en procedimientos de investigación y sanción de supuestas conductas anticompetitivas, concentraciones y estrategias de defensa ante tribunales especializados en materia de competencia. Antes de unirse a la firma, fue comisionado en la autoridad de competencia mexicana (2006-2013) y previo a eso, fungió como asesor en derecho económico en la oficina del presidente de México.
Víctor Manuel Frías es socio en Greenberg Traurig y está enfocado en derecho corporativo, incluyendo competencia económica, fusiones y adquisiciones, y arbitraje. En el área de competencia económica, ha representado a clientes en numerosas investigaciones de cárteles ante la Cofece en diversos sectores durante más de 20 años. Adicionalmente, en el área de fusiones y adquisiciones ha liderado importantes transacciones multimillonarias en el país.
*Este artículo es publicado bajo la responsabilidad exclusiva de sus autoras y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX