Ponerle límites a los demás se ha vuelto un tema común, pero poco se habla de que la clave también está en saber ponernos límites a nosotras mismas. Especialmente en ambientes de trabajo donde el ritmo es rápido, las expectativas son altas y demostrar que “puedes con todo” se vuelve parte del día a día.

Sin que nadie lo diga abiertamente, pareciera que ser buen abogado, más allá del conocimiento técnico y la preparación académica, implica estar disponible siempre, aguantar sin quejarse y avanzar como si no pasara nada. Y sin darnos cuenta, empezamos a funcionar en modo automático donde el cansancio se normaliza y dejar todo a un lado para cumplir se vuelve casi natural.

¿Cómo no voy a poder si todos lo hacen?

Con el tiempo entendí que no es una pregunta inocente, no es motivación y tampoco presión externa, es el dialogo interno con tono despectivo que aparece todos los días. Nace de un impulso genuino de querer aportar, avanzar y demostrar que somos capaces. Pero justo por venir de un instinto humano, se vuelve muy fácil perder de vista la fina línea entre la superación personal y una autoexigencia que termina agotando más de lo que impulsa.

Nuestra carrera profesional no es un sprint; es prácticamente una vida entera. En México, el abogado estándar empieza a trabajar alrededor de los 20 años y sigue activo durante décadas. Incluso en otros países, retirarse no es tan común, el American Bar Association reportó en 2023 que 1 de cada 7 abogados tiene más de 65 años, siendo el doble que la fuerza laboral general en ese mismo rango de edad. 

Poniéndolo en perspectiva, es claro que más que intentar seguir el ritmo de quienes nos rodean, aunque parezca lo “normal”, cada quien necesita encontrar un balance propio. Uno que se ajuste a nuestra realidad, a nuestros tiempos y a lo que podemos sostener sin apagar el entusiasmo en el camino. Compararnos con los estándares de otros puede servirnos, pero muchas veces es solo el camino hacia la frustración y a sentir que nunca es suficiente.

Cuando las expectativas pesan distinto

Aunque el desgaste profesional existe para todos, en las mujeres tiene un matiz particular. No porque podamos menos, sino porque muchas veces trabajamos en entornos que siguen siendo predominantemente masculinos. Sigue siendo común entrar a una sala de juntas con diez abogados en la mesa y ser la única mujer. Y aunque no se admita con frecuencia, esa desigualdad se siente en la presión por demostrar más, equivocarnos menos y sostener estándares que no siempre fueron diseñados pensando en nosotras.

Los datos lo respaldan. En 2021, un estudio aplicado a más de 2,800 abogados encontró que las abogadas reportan niveles significativamente más altos de depresión, ansiedad y estrés que los hombres. Poniéndolo en números, 66% de las abogadas está dentro de rangos moderados o severos de estrés. También se observó que presentan niveles mayores de consumo riesgoso de alcohol que los hombres. Ese dato suele pasar desapercibido, especialmente en un entorno donde el consumo de alcohol se asocia con convivencia y desconexión, pero dice mucho sobre cómo intentamos sobrellevar la presión acumulada incluso cuando hacia afuera parece que todo está bajo control.

Todo esto no significa que las mujeres no puedan con el ritmo. Significa que la experiencia tiene matices distintos, atravesados por expectativas internas, responsabilidades silenciosas y la realidad de movernos en espacios donde históricamente hemos sido minoría. Cada una de esas cosas va sumando ingredientes que, sin que nos demos cuenta, terminan formando la receta perfecta del burnout.

El burnout no aparece de un día para otro, se acumula. Se arma de listas interminables, de roles que sentimos que tenemos que cumplir y de la sensación constante de que alguien más lo está haciendo mejor.

Entenderlo y nombrarlo nos permite ajustar el paso, poner límites más claros y tratarnos con la misma consideración que solemos tener con todos menos con nosotras mismas.

La meta no es replicar el paso de alguien más, sino descubrir el ritmo que nos permita crecer sin perdernos en el camino. Porque no hay logro profesional que valga la pena si nos deja fuera de nosotras mismas.

*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de su autora y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.

Referencias:

Anker J, Krill PR (2021) Stress, drink, leave: An examination of gender-specific risk factors for mental health problems and attrition among licensed attorneys. PLoS ONE 16(5):e0250563. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0250563

American Bar Association. (2023). ABA Profile of the Legal Profession 2023 [Informe PDF]. https://www.americanbar.org/content/dam/aba/administrative/news/2023/potlp-2023.pdf