La abogacía desde una maternidad imperfecta
Ana Ocampo y Diana Rangel
25 de Octubre, 2024

Shonda Rhimes es una guionista, directora y productora estadounidense, mamá autónoma de tres hijas y fundadora de la empresa “Shondaland” conocida principalmente por producir la serie Grace Anatomy y Bridgerton


En 2014, Shonda habló para los graduados de la Universidad Dartmouth, New Hampshire, Estados Unidos. En su discurso expresa en reiteradas ocasiones que le da un terrible miedo hablar en público, incluso dijo, que previo al evento, se torturó durante seis largos meses imaginado una serie de escenarios catastróficos que podrían suceder ese día por culpa de los nervios que le causaba realizar el discurso. 


¿Por qué una persona tan talentosa y exitosa tenía tanto miedo a hablar frente a un grupo de universitarios? 


En el propio discurso - maravilloso como pocos-, Shonda nos da la respuesta a sus miedos, cuando responde la pregunta ¿cómo puedes con todo? A lo que ella contesta “no lo hago, siempre que me vean triunfando en un área de mi vida, lo más probable es que esté fallando en otra”.  


Shonda concluyó su discurso recordándonos que es importante realizarnos como profesionistas, pero sin dejar de lado trabajar en nuestro proyecto de vida.  


Seguramente ninguna de nosotras eligió la abogacía por considerar que sería una carrera fácil. Nos gustan los retos, cuestionarnos, expresar nuestras ideas. Sabemos que somos generaciones que están rompiendo todos los estereotipos y esquemas, afortunadamente; trabajando por nuestras abuelas y por otras generaciones de mujeres que no pudieron siquiera pensar en tener o ejercer una carrera, obtener puestos directivos o, incluso, llegar a ser presidenta. 


Por otro lado, además de profesionistas, seguimos nuestro proyecto de vida que incluye para muchas, ser madres -a veces esposas, y a veces no-, pero sin duda, siempre va de la mano con la famosa carga mental. Mucho se ha definido a esta carga como el peso invisible de la organización de la vida de otres, las o los pequeños, y la casa en donde viven. 


Esta carga invisible no nos permite ver que vivimos día a día creyendo que podemos CON TODO, que el día tiene 50 horas y que, si tenemos constancia y organización, tendremos un “equilibrio” personal y laboral. 


En teoría esa podría ser la clave, pero la realidad es que el factor humano nos hace romper ese equilibrio una y otra vez, y hace que sintamos un fracaso constante al no poder cumplir con estas expectativas idealizadas, especialmente en el contexto de la maternidad. 

Ambas autoras, de muy diversa edad, somos mamás de unas hermosas pequeñas de 7/8 años, y aunque cada una ejerce la abogacía maternando desde un contexto profesional distinto, consideramos compartir estas reflexiones ya que pensamos que otras madres podrán encontrar compañía al hablar de esta carga invisible y las expectativas no realistas de ser perfectas en todo.

 

  • Las Metas y los “no negociables”. 

El plantearnos metas a largo plazo puede llegar a ser frustrante, pero el ser honesta contigo misma es una brújula que te puede guiar en tu camino. Los “no negociables” respecto de que quieres en tu vida también te ayudarán a determinar dichas metas. ¿Qué me gusta? ¿Qué no me gusta? ¿Me veo haciendo esto a largo plazo? ¿Qué estoy dispuesta a sacrificar y que no estoy dispuesta a sacrificar para cumplir mis metas? Ojo, siempre puede ser momento de replantear dichas ideas. Se honesta contigo misma y trabaja en ello. No hay situación más frustrante que sentirte dándote vueltas sin avanzar, pero si eres honesta contigo misma ya estás avanzando. 


Muchas veces tendremos que aceptar trabajos y proyectos que no nos gustan ni apasionan, pero si eso es congruente con tus objetivos, si se aprende en el camino, si resuelves un problema con ello, entonces lo vale.  


Ahora bien, ¿quieres ser mamá, salir a las 4:00 pm del trabajo para llevar a tus hijos a nadar y al mismo tiempo ser socia de un despacho?, claro que se puede, pero probablemente no será el camino de la mayoría y requerirá adaptaciones al camino más común, por ejemplo, que sea tu propio despacho, o contar con una excelente red de apoyo, quizá los ingresos no serán los deseados o no inicialmente, por ello, es necesario entender que carrera probablemente no será lineal.  


  • No olvides que eres más que una profesión.

A veces la abogacía nos consume, y perdemos identidad, ni siquiera recordamos qué nos apasionaba cuando éramos más jóvenes, esto es importante porque, en esta montaña de altas y bajas a nivel laboral, tu profesión no debe definirte como persona, mujer, y mamá. ¿Qué te hacía reír sin parar? ¿Qué hacías simplemente por diversión? Si lo que antes te gustaba, ahora ya no le encuentras sentido, puedes probar nuevas cosas. 


No tiene que implicar el gran viaje, o el encontrar un super hobby. Hay veces que solo probar caminar, encontrar una cafetería donde puedas tomarte ese capuchino que tanto te gusta, puede darte un boost de energía que necesitas para retomar esa conexión contigo misma. 


Y siempre recordar que las niñas y los niños no se dan cuenta normalmente qué tan exitosa es su mamá, pero siempre perciben qué tan feliz es.


  • No sobreestimes la experiencia. 

Todos cometemos errores y tenemos inseguridades. ¿Has escuchado la fábula del médico y las velas? El mejor médico es el que tiene más de 300 velas delante de su casa. Y esas velas, son errores que jamás volverá a cometer. En principio porque, otra vez, somos seres humanos, pero al menos la experiencia te hará crecer como profesionista. Ante un nuevo reto, haz lo que se encuentre en tus posibilidades y aprende. Aprende a ponderar los errores, darle su correcta dimensión y recuerda que dichos errores no te definen como profesionista (mucho menos como persona). 

Aquí también viene la importancia de buscar mentoría cuando se necesita. No se debe subestimar la experiencia y justamente por eso es que organizaciones como Abogadas MX, buscan generar estas relaciones de mentoría porque sí es posible aprender, aunque sea un poco, en cabeza ajena.


  • Crea conexiones con tiempo de calidad

En el caso de las autoras, ambas tienen o tuvieron una madre trabajadora, y quizá esta perspectiva que todavía algunas generaciones de profesionistas no tuvieron por circunstancias particulares, ayuda a entender que para las niñas y los niños estar en los momentos importantes es más valioso que estar todo el tiempo.


Estamos conscientes de que cada historia y circunstancia son únicas, pero coincidimos en que, al pensar en nuestra infancia, no recordamos carencias ni la ausencia de nuestras madres. Ellas siempre estuvieron presentes en los momentos importantes, brindándonos tiempo de calidad. Esto se tradujo en un profundo conocimiento de nuestros intereses, miedos y pasiones, y en un impulso constante de confianza y sueños, y nuestras mamás, nuestras mayores porristas, nunca dudaron de nosotros.


Cuando los pensamientos de estar fallando como madre nos atacan nos llevan a reflexionar sobre lo que nuestras propias madres sintieron en su momento, y ambas podemos afirmar con orgullo: "Mamá, lo hiciste fantástico. Estoy tan orgullosa de ti y no hubiera querido que las cosas hubieran sido de otra manera." Y por ello, podemos confiar en que continuar con nuestras carreras no significa fallarle a nuestras familias, sino todo lo contrario.


Finalmente, no pasa desapercibido que estas reflexiones solo retratan un poco de nuestras circunstancias y estamos conscientes que hay situaciones sumamente complejas y/o desafortunadas que no se ven reflejadas en estas líneas.


Por ello empezar este artículo hablando de Shonda Rhimes no es casualidad, nos parece muy destacable resaltar que, independientemente de nuestras circunstancias personales, la visualización de los problemas de “no poder con todo” que vive una mujer tan exitosa y reconocida, nos recuerda que cada una tiene batallas internas, muchas veces invisibles para el resto del mundo. 

Y el entender que todas de alguna u otra manera pasamos por un proceso similar en el que sentimos estar descuidando alguna de nuestras áreas, en este caso profesional o personal, nos debe ayudar a visibilizar estos pensamientos y recordarnos que lo que se espera de nosotras y muchas veces lo que nosotras mismas esperamos, probablemente constituya un estándar sumamente alto e incluso irrealizable para la mayoría de las personas.


Es importante por ello, tratar de dedicar tiempo mental y presencial de calidad a las actividades y personas importantes de tu vida, más allá de la cantidad que tengamos para cada una de ellas.



*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de sus autoras y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.

Ana Ocampo

Comenzó a trabajar en Basham, Ringe y Correa, S.C. en 2014 siendo nombrada Asociada del Área de Litigio Civil y Mercantil en el año 2017, continuando su carrera profesional en el área de Corporativo del despacho. Tiene experiencia en: • Litigio Civil, Mercantil y Familiar ante el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Tribunales Federales y en los estados de la República Mexicana, incluyendo Juicio de Amparo, incluyendo consultoría en dichas materias. • Derecho del Consumidor. • Elaboración y revisión de contratos. • Derecho corporativo. • Fusiones y Adquisiciones.

Diana Rangel

Actualmente lidera el área de derecho administrativo y constitucional de Basham, Ringe y Correa, S.C. Lleva a cabo consultoría y litigio en materia administrativa, regulatoria, ambiental y de relación con autoridades, así como anticorrupción y responsabilidad administrativa de empresas. Tiene amplia experiencia en litigio constitucional y asesoría en procedimientos administrativos, juicios contenciosos y de amparo en materias diversas. Genera litigio estratégico en materia constitucional y administrativa.

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