
No importa qué quieras hacer como profesional, quiero que sepas que tú cuentas con lo más importante para lograr tu objetivo. Ya tienes muchas herramientas y competencias que te permitirán cumplir con tus deseos y metas. Usa lo que ya tienes para lograr lo que quieres.
1.- ¿Qué quieres?
Identifica con detalle y precisión aquello que quieres lograr.
¿Quieres un ascenso? Pregunta y responde: ¿qué puesto quiero?, ¿en qué plazo?, ¿para qué quiero ese puesto?, ¿sé qué competencias y habilidades requiero para llegar a ese puesto y para desempeñarlo?, ¿cuento con esas habilidades y competencias?
¿Quieres un aumento? ¿cuánto?, ¿es razonable y de mercado lo que pretendes?, ¿quién en la organización toma esta decisión?, ¿cómo y cuándo se deciden los aumentos y ajustes en tu organización?
¿Quieres tiempo para estudiar y además quieres un apoyo financiero? Identifica si los horarios afectarán tu compromiso de trabajo y cómo suplirás o sustituirás esas horas? ¿En quién te vas a apoyar? Piensa qué podrían decir tus clientes (internos / externos) y como contrarrestar esas objeciones? ¿Cuánto quieres de apoyo? Es préstamo o beneficio adicional? ¿Tu organización paga este tipo de estudios? Si no es una prestación ordinaria, identifica cómo se vería beneficiada la organización y los clientes si llevas a cabo este estudio?
Es indispensable que puedas poner todo esto en papel (o en tu mente si cuentas con esa capacidad) con suficiente detalle. Debes encontrar los argumentos correctos para saber que lo que quieres es bueno para ti, para tu jefe, para tu área de trabajo, y para la organización. Si no encuentras estos argumentos y razonamientos, sigue analizando y buscando. Si tú estás convencida de que tu deseo es bueno y correcto, no hay razón para no poder convencer a los demás y llevarlos a tus mismas conclusiones.
Prepárate como te preparas para una junta, para elaborar un documento, para llevar a cabo una investigación. Eres abogada, tu trabajo es buscar soluciones y alternativas razonables. Piensa en el “ganar-ganar” siempre.
2.- No te compares.
Es importante conocer el mercado y qué se espera de alguien de tu edad, con tu experiencia y conocimientos. Sin embargo, NO te compares con nadie. NUNCA. Tus experiencias son tuyas. Tu historia es tuya. No puedes compararte con otros porque tu realidad, tus deseos y tus planes son únicos, no se parecen a los de nadie más. Todas tus circunstancias son personales y por lo tanto, tú puedes hacer y obtener lo que te corresponde a ti y a nadie más. Tus deseos y expectativas no tienen más límites que los que tú te impongas.
Todos los demás, aunque hayan cursado la carrera de abogado, no estudiaron ni aprendieron lo mismo que tú. Lo que aprendiste hasta hoy, no es igual a lo que aprendieron tus pares, ni los que tuvieron el mismo puesto, ni el mismo jefe. Todas las circunstancias son personales y por eso son incomparables.
Tú eres irrepetible, y por eso lo que quieras hacer, solo se constriñe a ti y a tus circunstancias. Compararte solo te genera límites.
Si logras identificar esto, vas a poder realizar tu deseo sin las restricciones que implican partir de una comparación. Si tu organización nunca ha otorgado cierto beneficio, eso no quiere decir que no te lo vaya a autorizar a ti. Tu límite no pueden ser los demás.
3. Si eres capaz.
Date crédito de lo que sabes y lo que haces.
Date crédito de todo lo que has logrado, de tus éxitos, de tus competencias. Escríbelas, ensálzalas (si no lo haces tú, quien), pero sobre todo cree que si puedes, que si eres capaz.
Piensa que si hasta hoy has logrado muchas metas, puedes lograr otras más, hacer cosas que nunca antes has hecho. Tienes capacidad de estudio, de aprendizaje, de análisis, de razonamiento. Si piensas que puedes, entonces, siempre vas a poder.
Lo que decidas que quieres hacer, alcanzar o realizar, requiere de dedicación y tenacidad. Si no sabes, siempre puedes estudiar, capacitarte, desarrollar aquellas capacidades o competencias que hoy no tienes. No permitas que un proceso de aprendizaje te detenga, al contrario, que esto sea un motor de crecimiento y empoderamiento.
4. Qué te distingue.
Encuentra tu estilo, tu forma de ser, el sello que te distingue de los demás.
Busca e identifica en otros (hombres y mujeres) lo que quieres lograr, ubica tus modelos a seguir. Cuando te encuentras en la vida con alguien “distinto” o ” especial” que capta tu atención, a quien quieras imitar, es porque esa persona es distinta en algún sentido de todos los demás. Y eso es atractivo. Tú quieres ser así, ir dejando tu huella, que los demás te recuerden, por algo que compartes, por algo tuyo que dejas, por tu mensaje.
Es tarea de cada uno encontrar qué te distingue del resto, cuál es tu sello. Esta identidad individual debe ser algo esencial de tu persona, intrínseco, intangible, congruente con tu persona y temperamento, acorde con tus valores.
Puede que seas una gran líder, o que sabes escuchar, o que eres intuitiva, o que sabes generar ideas nuevas, o que eres excelente en resolver problemas, o que sabes integrar o integrarte como miembro de equipos, o que desafías los procesos. Identifica qué te distingue de los demás.
Si logras hacer esto, cumplir tus deseos usando tu inteligencia y tu forma de ser será algo natural y sencillo para ti. Piensa cómo puedes dejar un gran recuerdo o imagen en los demás. Siempre. Así es más fácil atraer a los demás hacia ti y convencerlos de unirse a tus ideas y proyectos.

Sobre el autor
Abogada por la Escuela Libre de Derecho, institución donde además cursó un posgrado: Régimen Jurídico de los Negocios Internacionales en México. Estudió Alta Dirección de Empresas en el IPADE. Desde 2000, María Teresa es socia-fundadora y administradora de Romo Paillés. Antes de fundar el despacho, trabajó cinco años en un despacho transnacional tanto en las oficinas de México como Nueva York.Es fundadora de Abogadas MX, miembro del consejo de administración y se encuentra a cargo del Comité de Administración y Finanzas de la asociación.