
Aprender a delegar no es una tarea fácil. Como muchas otras tareas en la vida, me inclino a catalogarla más en el terreno de un hábito que en el terreno de un don o cualidad intrínseca a cada individuo, aunque desde luego, considero que hay muchas personas que nacen con ciertas características que los ayudan a realizar ésta, y otras muchas tareas, de forma totalmente natural y sin mucha reflexión al respecto.
Luego de un tiempo de pensarlo, y de varios intentos ideando cuál debería ser el enfoque que me gustaría darle a este artículo, llegué a la conclusión que no sólo me gustaría escribirlo con base en mi experiencia o punto de vista personal, sino que prefería elaborar un análisis “en conjunto” del tema, por lo que llegué a la conclusión, que la manera más sencilla de lograrlo, sería realizando una encuesta para buscar respuestas objetivas, para lo cual vinieron a mi mente las siguientes 4 preguntas elementales:
- ¿Qué tareas debo delegar?
- ¿Cómo debo delegar?
- ¿Cuándo debo delegar?
- ¿A quién debo delegar?
La encuesta se lanzó a un grupo de asociados y pasantes de la firma, la cual fue respondida por un total de 37 participantes (21 hombres y 16 mujeres).
Una vez que obtuve los resultados de la encuesta y, después de un análisis detallado del tema, llegué a la siguiente conclusión:
En la mayoría de los casos, se nos hace difícil delegar porque tenemos un problema de inseguridad.
Aunque el 70.1% de los participantes estuvo de acuerdo en que las tareas que deben delegarse deben servir para incrementar el nivel de experiencia, confianza y motivación de la persona elegida, es también cierto que creemos de manera subjetiva que nuestro estándar es el correcto y, en consecuencia, preferimos realizar las tareas nosotros mismos, antes de invertir tiempo enfocado en que la tarea “per se”, cumpla el objetivo del crecimiento personal de un tercero.
Profundizando en esta idea, considero que,
Si el objetivo primordial de un individuo es crecer en determinada organización, no hay mejor tarea que convertirse en un experto en desarrollar a otros.
Aunque es natural que como líder nos guste mantener el control, si al momento de delegar tareas y responsabilidades escogemos a la persona correcta y nos aseguramos de que cuenta con los recursos necesarios para llevarla a cabo, entonces realmente no estaríamos en ningún momento “perdiendo el control”. En esta idea en particular el 95% de los encuestados coincidieron.
Son muchos los beneficios que se obtienen sabiendo delegar de manera eficiente, resumiendo varias ideas, podríamos hablar de 3 grandes rubros:
- Desarrollo del equipo
- Inversión en tareas con más valor agregado;
- Distribución más balanceada del trabajo.
Sin embargo, en este tema puntual es donde los resultados de la encuesta mostraron más contraste; por un lado, el 54% de los encuestados indicó que deben delegarse las tareas una vez que se llevó a cabo un proceso de evaluación razonado, contra el segundo porcentaje, no menor, de 46%, que indicó que sí consideran válido el delegar tareas en momentos de impulso o agobios. Las razones de esta respuesta pueden ser variadas, pero me inclinaría a pensar que esta respuesta trae aparejada una sensación de tranquilidad al saber que estamos respaldados por un grupo de profesionistas que estarán dispuestos a apoyarnos y tendernos la mano en épocas de tensión y presión absolutas.
Siguiendo con los resultados obtenidos, el 78% de los encuestados estuvo de acuerdo que el objetivo primordial en la delegación de una tarea en especifico debe ser que la persona que delega pueda concentrarse en funciones y tareas más importantes para cierto proyecto lo cual representaría un valor agregado al mismo. En tanto que el 70% de los encuestados opinó que sólo debemos delegar tareas en personas de nuestro equipo de trabajo que demuestren haber alcanzado un nivel de madurez profesional alto.
Finalmente y, a manera de conclusión, me gustaría cerrar este artículo, recordando que, si el objetivo de todos es crecer y convertirnos en mejores líderes, es fundamental que invirtamos tiempo en desarrollar a otros con el objetivo de entregarles de manera gradual responsabilidades adicionales, ya que si lo logramos, no sólo estamos ayudando a nuestro equipo a elevar su nivel de desempeño, sino también liberando nuestro tiempo para actividades en las cuales podemos impactar de otra manera.
Sobre la Autora
- Adriana Morales Figueroa
- Consejera
- Mijares, Angoitia, Cortés y Fuentes, S.C.
Abogada por la Escuela Libre de Derecho, con maestría y experiencia como asociado en el extranjero, con más de 15 años de experiencia en temas de gobierno corporativo, asesorando a clientes nacionales y extranjeros e igualmente especializada en temas de prevención de lavado de dinero.