Desafíos de la Justicia Laboral en la Ciudad de México

La Ciudad de México (CDMX) se incorporó al Nuevo Modelo de Justicia Laboral en 2022, siendo una de las once entidades federativas que formaron parte de la tercera y última etapa de implementación de la Reforma Laboral de 2019, debido a su alta actividad económica y conflictividad laboral.
Cabe recordar que la Reforma Laboral de 2019 buscó transformar el sistema de justicia laboral en uno más eficiente, que fomentara la conciliación y estuviera más cercano a la ciudadanía. Para ello, fue necesario reemplazar las Juntas de Conciliación y Arbitraje por Centros de Conciliación en sede administrativa a nivel federal y local, así como por Tribunales Laborales adscritos a los Poderes Judiciales, con jueces especializados en la materia que conocen de cerca las necesidades de los justiciables, al estar presentes en las audiencias.
Como resultado de esta nueva configuración, la CDMX creó el Centro de Conciliación Laboral, nueve Tribunales Laborales de Asuntos Individuales y un Tribunal Laboral de Asuntos Colectivos. Es importante destacar que estas nuevas autoridades laborales han realizado una labor titánica, considerando la gran cantidad de demandas que deben atender diariamente.
Según información del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX), solo en 2023, los nuevos Tribunales Laborales capitalinos recibieron un promedio de 47 expedientes diarios, lo que representa 1,400 al mes y un total de 17,000 expedientes al año. Al comparar esta carga de trabajo con la de los Tribunales Laborales Federales, se observa que estos últimos han recibido 17,689 expedientes desde 2022 hasta la fecha.
Es decir, la cantidad de procedimientos que conocen y atienden los Tribunales Laborales de la CDMX en un solo año corresponde a la que sus homólogos federales han atendido en más de dos años. Además, es importante señalar que en el ámbito federal existen diecisiete Tribunales Laborales de Asuntos Individuales y uno de Asuntos Colectivos.
La relevancia de estas cifras radica en dimensionar las consecuencias que pueden generar las sobrecargas de trabajo tanto en las nuevas instituciones laborales como en los justiciables. Entre ellas se encuentran el incremento en los tiempos de resolución de los conflictos laborales, el aumento de costos para las partes, derivados del pago de servicios legales y la falta de atención adecuada a sus expedientes. Para los Tribunales Laborales las afectaciones van desde el aumento del estrés y agotamiento del personal, hasta el riesgo de cometer errores y, finalmente, la pérdida de confianza de la ciudadanía.
Un dato revelador que invita a la reflexión y a la búsqueda de soluciones prontas es que la CDMX presentó el nivel de confianza más bajo a nivel nacional por parte de la ciudadanía hacia sus juzgadores, con un 44.2% (INEGI, 2024).
Otro de los desafíos de la justicia laboral en la CDMX es continuar impulsando la conciliación laboral, ya sea en sede administrativa o ante los Tribunales Laborales. El mismo PJCDMX informó que en 2023, 734 conflictos laborales se resolvieron mediante convenios de conciliación en alguna de las etapas del procedimiento.
Uno de los beneficios de que los conflictos laborales se resuelvan mediante la conciliación, sin importar el espacio en que esto suceda, es que existen mayores posibilidades de que las partes cumplan con sus compromisos y se evite el inicio de procedimientos de ejecución de sentencias.
Asimismo, un elemento crucial para abordar la abrumadora carga de trabajo y mejorar la eficiencia en los Tribunales Laborales de la CDMX es la integración estratégica de la tecnología. Implementar sistemas digitales de gestión de casos, plataformas de resolución de disputas en línea y herramientas de análisis de datos avanzados puede optimizar significativamente los procesos, reducir retrasos y optimizar la asignación de recursos humanos. Invertir en dicha infraestructura tecnológica no solo aliviaría la carga de trabajo de personas juzgadoras y personal, sino que también mejoraría la transparencia y la accesibilidad para los personas involucradas en disputas laborales, fomentando un sistema de justicia más eficiente y receptivo.
Finalmente, otro desafío que deberán enfrentar los Tribunales Laborales capitalinos es la implementación de la Reforma Judicial de 2024, a partir de la cual existe la obligación de renovar la totalidad de jueces y magistrados a más tardar en 2027.
La CDMX ya ha iniciado el proceso correspondiente para la selección de las y los candidatos y está en curso la organización de las elecciones locales para asegurar que los capitalinos elijan mediante voto directo a sus representantes judiciales el próximo 1° de junio.
Un aspecto relevante de este proceso es que la CDMX estableció como requisitos para ser juez o magistrado no haber sido condenado por el delito de violencia familiar, no estar inscrito en el Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias ni en el Registro de Personas Sancionadas en materia de violencia política en razón de género, en cumplimiento de las disposiciones establecidas en el artículo 38 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; además, se busca que la selección de los candidatos se realice de manera paritaria.
En conclusión, hay mucho trabajo por hacer para asegurar que el Nuevo Modelo de Justicia Laboral cumpla con sus objetivos en la CDMX. Debemos recordar las fallas que presentó el anterior modelo laboral para no cometer los mismos errores y enfocarnos en atender estos desafíos. El correcto funcionamiento de la justicia laboral es un componente fundamental de uno más importante: la justicia social. Hagamos lo posible para que esto suceda.
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