LA RESPONSABILIDAD DE REIVINDICAR LA JUDICATURA

Este año quedará marcado en la historia por las primeras elecciones judiciales en México, una erosión democrática que vino a hacer temblar a la población y a demeritar esfuerzos, sueños y proyectos de vida. Una reforma que no consideró las brechas, la paridad de género, las relaciones de poder, fue propuesta desde lo hegemónico, androcéntrico y frivolidad. No buscaron una reforma judicial transformativa que se necesitaba, implementaron desde el ego y la visión sesgada de lo que implica una justicia cercana a la sociedad. La evidencia desde la propuesta y realización de diagnósticos no contó con una metodología concisa desde un enfoque estructural. Asimismo en el tejido social la falta de información oportuna sobre lo que implica el nuevo Poder Judicial será un arma de doble filo para abusos arbitrarios. La construcción del discurso fue a través de ganar votos sin un criterio jurídico ni una conciencia colectiva.
Se comunicó a la luz de los privilegios, de causar ruido en la población mexicana por la remuneración económica de las y los impartidores de justicia si bien en México predomina una constante brecha salarial en detrimento de las poblaciones vulnerables, se les olvidó que en su mayoría las personas trabajadoras del Poder Judicial de la Federación son personas que no nacieron en el privilegio y a través del mérito lograron posicionarse a través de los años. La desigualdad estructural y económica en México no va a disminuir con una elección judicial, nuevamente nos enfrentamos a un quehacer político que quiere movimiento pero no cambios profundos a partir de las necesidades e intereses que verdaderamente requería un nuevo Poder Judicial donde la ciudadanía estuviera al centro, no las voces de actores políticos patriarcales y desde ahí ejercer una manipulación al tejido social.
A las próximas Juezas, Magistradas, Ministras tienen la oportunidad de construir puentes para todas las trabajadoras que están en lucha de romper los techos de cristal y de construir desde la sororidad. Al respecto, Lidia Heller, académica especializada en organización y género menciona que: “Como mujeres, no debemos olvidar nunca cuando transitamos por organizaciones, de dónde venimos y cuáles son las imágenes que todavía se hacen presentes en la mayoría de los individuos sobre los roles y estereotipos, esto significa tener conciencia de género”. No solo basta la reapropiación de estos espacios sino la calidad de los mismos. Si bien el Consejo de la Judicatura Federal ha creado políticas de igualdad y cambios significativos, aún la transversalidad de género y el fin último de la igualdad sustantiva no se debe perder de vista, se requieren de nuevas políticas transformadoras y de tener claro que género no es una añadidura, al respecto (Acker, 1992) menciona que el género es un elemento fundacional de la estructura organizacional y de la vida laboral que se encuentra presente en sus procesos, prácticas, imágenes, ideologías y distribución del poder. Parte de la resistencia es creer que el género es “la añadidura”, “la moda que se integra” sin percatarse que está dentro del fenómeno organizacional. Las representaciones sociales se estructuran y organizan desde la interacción en los espacios colectivos, en donde es innegable que existen relaciones de poder y prácticas dominantes, en el lenguaje que se transmite y en la forma relacional. A las personas juzgadoras que tomarán la batuta en septiembre tienen una gran responsabilidad: Reivindicar la judicatura desde el propósito de transformar el Poder Judicial desde su estructura hacia condiciones más óptimas, tener en mente que con sus capacidades y experiencia demostrarán su madera pero sobretodo su calidad humana y sentido de justicia más allá de lo enunciativo de sus campañas. Está en ustedes la gran responsabilidad de la verdadera cercanía, de impartir desde la perspectiva de género, no desde su ego, no desde reforzar patrones y relaciones de poder, el lugar ya lo tienen, ahora se deben ganar el respeto de la ciudadanía desde sus acciones y trabajo con un enfoque humano y conciencia social. La sociedad aclama que a partir de ahora reconstruyan las barreras sin rendir cuentas más que a la colectividad. Desde la abogacía estaremos vigilantes, somos una generación de movimiento y resistencia. Quien sea indiferente a las causas sociales es una muerte en vida y más quien se considere ajeno/ajena a seguir cuestionando y luchando por un Poder Judicial realmente transformador. Cierro con el firme propósito de ejercer desde la conciencia y resignificación de la profesión.
*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de su autora y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.